En la conferencia inaugural, « Quartiers populaires et multiculturels en France. Évolution, politiques et représentations » Marie-Hélène Bacqué, Université Paris-Nanterre, analizó la evolución de estos barrios, de barrios obreros a barrios populares multiculturales, caracterizados como barrios “sensibles” y/o “difíciles”, eufemismos que designan una situación de precariedad social, empobrecimiento y una identidad mestiza, connotada negativamente, muy marcada por la construcción de la inmigración de origen magrebí, subsahariano y otras, como problema. Mme Bacqué abordó las políticas públicas aplicadas, de carácter socialpero con una dimensión étnica, más o menos implícita, la heterogeneidad de este tipo de barrios y las dificultades, más allá de la escala de barrio, que representan las representaciones negativas de estos barrios y la discriminación que padecen sus habitantes en diversos ámbitos sociales.

Sobre las relaciones vecinales en Francia versó la ponencia de Jean-Yves Authier, Université Lyon 2, « Les formes contemporaines du voisinage. Espaces résidentiels et intégration sociale », basada en una amplia investigación en diferentes contextos residenciales, con población socialmente diversificada, en región parisina y de Lyon. Entre sus resultados resaltó la fuerte vitalidad y la sorprendente estabilidad de las relaciones de vecindad, la gran diversidad de prácticas y vínculos de vecindad, que varían en función de la clase social, el criterio más discriminante, el tipo de barrio, el período del ciclo vital, el estatus de tenencia de la vivienda (propietarios o inquilinos) y el tiempo de residencia. En contra de los estereotipos, el origen inmigrante no establece diferencias significativas; éstas se dan por su pertenencia a las clases populares de la población.

En el caso español, la ponencia de Francisco Torres, Universidad de Valencia, y Paloma Gómez-Crespo, Universidad Autónoma de Madrid, “Participación, relaciones de vecindad y convivencia en barrios multiculturales españoles en transformación”, se centró en dos tipologías de barrios multiculturales del proyecto ParticipaBarrio: barrios multiculturales centrales, en gentrificación y turistificación, y barrios de las antiguas periferias obreras con una trayectoria de relegación y deterioro. Salvando las diferencias entre unos barrios y otros, se mantiene una coexistencia tranquila, no sin tensiones soterradas, incluido el vecindario inmigrante, que ha dado lugar en dos décadas a su inclusión en la sociabilidad cotidiana, facilitando las relaciones vecinales. Además de estas, se constata una heterogeneidad de procesos participativos (campañas, iniciativas, proyectos). La ponencia constata los factores que facilitan las relaciones vecinales y la participación barrial, consolidando dinámicas de convivencia o, por el contrario, la dificultan, generando dinámicas de conflicto. Entre esta diversidad de barrios los que suscitan mayor preocupación son los barrios periféricos obreros. Juan Iglesias, Universidad de Comillas, centró su intervención, “Factores que explican las actitudes sosegadas y la coexistencia tranquila entre nativos e inmigrantes en barrios populares españoles”, en las metamorfosis de los barrios obreros periféricos, tanto a nivel socio-demográfico con inmigración del Sur global como a nivel de la cuestión social, con la consolidación de un precariado, fragmentado étnicamente, con la vivienda como problema central. Estas metamorfosis han generado un cambio del sujeto comunitario, desde la antigua comunidad obrera a un nuevo sujeto superdiverso, más fragmentado y con peligro de desafiliación social. En estas condiciones los factores que explicaron la coexistencia tranquila en el caso español se están debilitando. Con base empírica en dos barrios murcianos de este tipo, Miguel Ángel Alzamora, Universidad de Murcia, en su comunicación “La condición inmigrante y las políticas de regeneración urbana de los barrios desafiliados”, explicó las dinámicas sociales de dos barrios desafiliados murcianos, con pérdida de empleo y economía sumergida, estigmatización, problema de vivienda agudizado, complejidad étnica y fuga de las familias más integradas. Si bien se han dado procesos de intervención no han revertido la situación, dado el retroceso del Estado social y la desregulación del espacio urbano, que legitima una gentrificación incipiente. En su opinión, estos dos barrios tienen una situación peculiar, con tensiones que ponen a prueba la sociabilidad cotidiana, pero que son avanzadilla de este tipo de situaciones. Sobre la vivienda, un problema social central, centraron su intervención Paloma Gómez-Crespo, Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Peláez, Universidad Complutense de Madrid, y Albert Moncusí, Universidad de Valencia, “Convivencia y tensiones vecinales en torno a la problemática de la vivienda en barrios multiculturales”. Abordaron la problemática de la vivienda a partir de tres dimensiones: sus características y habitabilidad; la disponibilidad, accesibilidad y disfrute de vivienda; los espacios, servicios e infraestructuras del entorno barrial compartido. Considerando los diferentes actores, vecindario, propietarios, inmobiliarias, instituciones públicas, analizaron como la problemática de la vivienda afecta a la convivencia: generando tensiones entre vecinos o, por el contrario, fortaleciendo vínculos y redes de apoyo ante desafíos comunes, si bien de forma diferenciada en barrios centrales, más o menos gentrificados, y barrios obreros periféricos.

Frente al deterioro socio-económico de una parte de la población y la situación de los barrios obreros periféricos, se apuntaba –con diferentes expresiones— la necesidad de unas políticas sociales más potentes en diversos ámbitos. ¿Cómo hacemos esto sin caer en un eurocentrismo asimilacionista, como nos muestra el contraejemplo danés? A él dedicó su intervención Gloria María Caravantes, Universidad de Valencia, “¿Asimilación forzada o inclusión real? Tensiones y dilemas en el modelo de intervención urbana de la política danesa antigueto”. En base a un trabajo de campo en tres ciudades danesas, presentó la estrategia danesa para barrios de vivienda pública caracterizados institucionalmente como “sociedades paralelas”, con una mayoría de vecindario “no occidental”, con un planteamiento asimilacionista en el mainstream danés. Entre los principales resultados, destaca como la propia conceptualización de «guetos duros» o «sociedades paralelas» introduce una mayor discriminación hacia sus residentes, un aumento del rechazo social y una legitimación social de las políticas de asunción forzada de los “valores daneses”. Además, las políticas de regeneración urbana aplicadas no abordan de forma estructural las problemáticas subyacentes vinculadas al nivel de ingresos, trayectoria educativa y acceso al empleo de sus residentes.

En el congreso se ha constatado una heterogeneidad de formas de participación, que se desarrollan sobre las tramas de relaciones vecinales. En unos casos, se caracterizó como participación informal, como inclusión en la sociabilidad cotidiana del barrio, su relevancia y sus sesgos, o, en un sentido más amplio, acciones y prácticas no encuadradas por una organización formal, con una diversidad de actores, entre los que se abordaron especialmente los jóvenes y las vecinas.

Jeanne Demoulin, Université Paris-Nanterre, en su ponencia “Jeunes des quartiers populaires et engagements. Un éclairage à partir de la pandémie COVID 19”, se centró en la participación informal de jóvenes en doce barrios y municipios de Paris e île-de-France, basada en una investigación participativa. Se tratan de jóvenes franceses de origen inmigrante, racializados y estigmatizados, con vivencias de discriminación fuera de sus barrios. Durante el confinamiento y meses posteriores, estos jóvenes activaron diversas formas de compromisos “con los suyos”, el vecindario de su barrio, como colectivos de solidaridad, acciones puntuales de ayuda y otras. Ante la ausencia vivida de los poderes públicos, estos jóvenes se activaron para hacer cosas por ellos mismos, de forma eficiente y con resultados prácticos inmediatos, por solidaridad con vecinos y vecinas, convicciones religiosas y sentimiento de pertenencia a su barrio.

Por su parte, en su comunicación “Arraigo local, ensamblajes de bienestar y cuidados de personas inmigrantes en barrios vulnerables de Madrid”, Pedro Uceda y Margarita Barañano, Universidad Complutense de Madrid ambos, destacaron como los “arreglos” para afrontar la vida cotidiana se basan en redes multiescalares, a nivel del hogar, del vecindario y los nodos generados alrededor de los servicios públicos territorializados (escuelas, centros de salud, sociales…). A pesar de su supuesta hipermovilidad, las personas y familias inmigrantes están arraigados en estos barrios donde ubican sus redes familiares, vecinales y –en ocasiones—comunitarias. Cuando hay movilidad, suele ser al barrio de al lado o en el mismo distrito. Este arraigo y las redes que facilita y/o proporciona está en función de la situación de la vivienda, lo que implica mayor o menor estabilidad residencial.

La comunicación “Las vecinas como actoras sociales. Participación y género en territorios multiculturales”, presentada por Adoración Martínez, Universidad de Salamanca, y Rocío Nicolás, Universidad Complutense de Madrid, subrayó como las vecinas han sido siempre actoras fundamentales de los barrios, si bien minusvaloradas. En su intervención, a partir de una diversidad de barrios y un municipio, mostraron como, en la actualidad, la participación de las vecinas tiene una mayor visibilidad y “reconocimiento” vecinal y, sin abandonar los roles de cuidados, se amplía a una diversidad de roles en una pluralidad de ámbitos barriales. Así se “hace barrio”, aunque con formas muy diversas, y se van tejiendo relaciones vecinales entre mujeres (y hombres) de los diversos grupos del vecindario, de forma según el tipo de barrio, la clase, el origen-cultura, el sistema de género, el momento del ciclo vital, entre otros aspectos.

También sobre vecinas versó la comunicación de Marta Vela, Universidad de Valencia, y Alondra Soto, Universidad Complutense de Madrid, “Espacios barriales de centralidad migrante desde una perspectiva de género: prácticas, arraigos multisituados y construcción de subjetividades en dos barrios multiculturales (Els Orriols y Lavapiés)”. Ellas centraron su análisis en varios espacios de centralidad migrante de estos barrios y las mujeres inmigrantes para las cuales son lugares de referencia, de encuentro y de nodos relacionales. Estos espacios son heterogéneos con vivencias y diferentes formas de agencia de sus participantes. Unas veces asumiendo la vulnerabilidad como condición transitoria derivada del proceso migratorio; otras veces, desde una conciencia crítica y con prácticas organizativas). Estas diferencias se expresan, también, en la diversidad de miradas sobre el barrio: desde percepciones estigmatizadas hasta valoraciones del barrio como espacio de resistencia, cuidado y pertenencia.

Por su parte, Alice Lancien, Université Paris-Nanterre, en su comunicación titulada “Des sphères de participation indépendantes ? La gestion de la cohabitation dans deuxespaces publics urbains à Paris et Barcelone”, centró su intervención en los jóvenes de clases populares. Sobre la base de un trabajo etnográfico en La Chapelle en Paris y Raval en Barcelona, su intervención abordó la gestión de la copresencia en dos espacios públicos, estableciendo diferentes esferas de participación y el grado de presencia de estos jóvenes. Mme Lancien distingue entre la esfera institucional, donde no participan, aunque sí están en la agenda, o a otros niveles, en la vida cotidiana del barrio con capacidad para generar espacio propio, de los jóvenes y sus prácticas, y/o como participación comunitaria.

En otros casos, la participación barrial la podemos caracterizar como formal, sea a iniciativa del tejido asociativo o de la Administración, con una amplía heterogeneidad de fórmulas, dinámicas y procesos comunitarios, participación en asociaciones y/o en instrumentos institucionales como los presupuestos participativos. Una preocupación transversal a todas las intervenciones es el grado de inclusión del vecindario inmigrante en esta participación formal.

Vicente Zapata, Universidad de La Laguna, en su ponencia “La construcción comunitaria de la convivencia en los barrios multiculturales. Reflexiones desde Tenerife” subrayó, entre otros aspectos, la importancia que tiene el fortalecimiento de las relaciones vecinales como sustrato de procesos de desarrollo comunitario en contextos multiculturales. A tal fin, expuso la experiencia de Tenerife, con casi dos décadas de diversos procesos de participación comunitaria que generan una amplia diversidad de aprendizajes y una motivación para el conjunto de protagonistas; una alianza estratégica entre una universidad pública, diversas instituciones regionales, insulares y municipales, además de diferentes organizaciones vecinales que han formado parte de las estrategias concebidas e implementadas; y el barrio como marco de trabajo ideal, porque permite aproximar —cuando no compartir— la generación de conocimiento transformador a las personas que deben protagonizar los cambios.

Por su parte, Gisela Signorelli, Universidad Nacional de Rosario (Argentina), analizó en su ponencia “Participación, procesos comunitarios y espacios públicos de convivencia ciudadana. La experiencia latinoamericana” la relación entre el desarrollo de la democracia y la participación ciudadana y comunitaria en la región. De forma sintética presentó las principales trayectorias de participación en América Latina entre 2000 y 2025, atendiendo a tres dimensiones: la institucionalización de mecanismos participativos (presupuestos participativos, consejos ciudadanos), las formas autónomas de organización comunitaria y las dinámicas digitales emergentes. La Dra. Signorelli analizó los avances y retrocesos, identificando factores que han favorecido u obstaculizado, los límites de la participación institucionalizada, con limitada incidencia real, y su opción del barrio como lugar clave donde reimaginar lo común y construir alternativas democráticas desde abajo.

La comunicación, “El abordaje comunitario en contextos urbanos diversos: complejidades, dimensiones y experiencias multisituadas en los barrios de Fuentes (Zaragoza), San Matías (Tenerife), Els Orriols (València) y Embajadores-Lavapiés (Madrid)”, presentada por Chabier Gimeno, Universidad de Zaragoza, incidió en el vínculo entre convivencia y comunidad en contextos urbanos diversos. Atendiendo a cómo los barrios generan formas comunitarias desde las interacciones cotidianas y las prácticas colectivas se presentaron procesos que configuran marcos de convivencia en escenarios marcados por la creciente fragmentación y la heterogeneidad que sirven a los autores para, con una metodología etnográfica y participativa, identificar elementos, actores y dinámicas que sostengan la vida comunitaria en contextos de creciente diversificación social y cultural.

Con similares intereses, Vicent Horcas, Universidad de Valencia, y Carlos Peláez, Universidad Complutense de Madrid, presentaron su comunicación “Alianzas público-comunitarias en barrios en proceso de transformación urbana” . Su intervención se centró en las formas de cooperación, en el ámbito social y educativo,entre instituciones públicas, actores comunitarios y redes vecinales. A través de tres estudios etnográficos (El Cabanyal y Russafa en València y Usera en Madrid), se examinan estas alianzas como prácticas de producción social del espacio, redistribución del poder y reapropiación colectiva de bienes y servicios. También se identifican tensiones entre participación desde abajo, cooptación institucional, transformación social, y modos de comprensión de la democracia local. Se concluye que, aunque estas experiencias generan aprendizajes, procesos y posibilidades transformadoras, su sostenibilidad es frágil, por falta de continuidad del apoyo institucional, marcos administrativos restrictivos y mecanismos participativos inadecuados.

También sobre participación, en este caso en el tejido asociativo, versó la comunicación “Asociacionismo local y participación comunitaria del vecindario migrante: tensiones y oportunidades”, presentada por Hernán Fioravanti y Lluis Benlloch, La Dula Eines comunitaries. Centraron su análisis en la participación de la población migrante en el tejido asociativo en dos barrios de Valencia y dos municipios de la comarca de l’Horta Nord. En términos generales, la población migrante sí que participa en la trama asociativa local, si bien de forma incipiente y en aquellas asociaciones más cercanas a sus trayectorias cotidianas (AMPAs, deportivas, religiosas…). Entre las barreras, destacan cuestiones como el idioma, la barrera económica, la indiferencia o actitud poco acogedora de algunas asociaciones o estereotipos étnicos. Entre las oportunidades señalaban políticas públicas de promoción de la interculturalidad, equipamientos públicos con carácter comunitario y una actitud más proactiva por parte de las asociaciones locales.

La comunicación “¿Presupuestos participativos: herramienta de inclusión o mecanismo de exclusión social?”, Yaiza Pérez-Alonso, Universitat de València, y Raquel Pérez- Alonso, Eixam Estudis Sociològics, presentó la participación de personas migrantes en los presupuestos participativos desarrollados, entre 2017 y 2025, en dos municipios valencianos. La participación en estos procesos suele concentrarse en los sectores de población más organizados o con mayor capital cultural y político, mientras que otros grupos sociales, especialmente los más vulnerables, quedan al margen. Esta participación es más alta entre el vecindario europeo, profesional, que habita urbanizaciones, que entre el vecindario del Sur global, lastrado por la precariedad laboral y económica, dificultades de idioma, falta de información accesible, baja legitimidad autopercibida como sujetos con derecho a opinar y requisitos formales o técnicos que limitan su inclusión efectiva.

Si bien el Congreso no contó con unas conclusiones formales, sí podemos apuntar algunas ideas transversales, algunas ya señaladas, presentes en las intervenciones y en los debates. Una primera es la constatación de la relevancia de las relaciones vecinales en la vida cotidiana de los barrios multiculturales. En efecto, de forma diferenciada según clase, origen-cultura, período del ciclo vital, etc., y según barrio, las relaciones vecinales facilitan informaciones y puentes respecto a recursos barriales, en no pocas ocasiones implican apoyo mutuo y comodidad psico-social, sentirse reconocido en el propio entorno, y constituyen el sustrato para dinámicas barriales y procesos participativos. En el caso de los barrios españoles, el vecindario inmigrante se ha insertado en la vida cotidiana y –de forma creciente—en las relaciones vecinales; sin renunciar a sus redes de sociabilidad propias, forman parte de una diversidad de redes barriales. Aquí, segunda constatación, cabe subrayar el contraste entre esta creciente inserción en la sociabilidad cotidiana barrial y una menor presencia en la participación formal como ocurre también, por cierto, con el vecindario autóctono. A pesar de ello, las diversas intervenciones han constatado la diversidad de dinámicas, iniciativas y procesos, participativos, en unos casos a iniciativa del tejido asociativo, en otros a iniciativa de la Administración, en otros procesos mixtos, con una presencia modesta pero relevante del vecindario inmigrante. Igualmente, se constató como, con plasmaciones muy diversas, las campañas, iniciativas o procesos, que generan cohesión social y mayor reconocimiento del “otro” como vecino, son aquellas por objetivos barriales, que suscitan unidad y considerados relevantes, con una actitud facilitadora –en horarios, requerimiento, lenguaje, actividades—de la participación del vecindario inmigrante y con una orientación intercultural. Igualmente, en particular con este tipo de procesos, se da una interrelación positiva entre relaciones vecinales y participación barrial, reforzándose mutuamente.

Los mayores dificultades y temores expresados en el Congreso respecto al mantenimiento de la convivencia tranquila y con creciente interrelación, son el deterioro socio-económico de una parte de la población, particularmente concentrada en las antiguas periferias obreras, y el deterioro que pueda suponer la extensión de las opiniones anti-inmigración de la mano de la extrema derecha. En este marco se señalaba, como hemos visto, la necesidad de unas políticas sociales más potentes, políticas de redistribución, y políticas de reconocimiento del otro como ciudadano y vecino legítimo, políticas, acciones y actitudes también a nivel local. Aquí tiene un papel clave el tejido asociativo local, de la misma forma que la convivencia tranquila y las relaciones vecinales establecidas pueden constituir una buena base para desmontar y discutir en concreto las opiniones anti-inmigración.